Estamos viviendo unas circunstancias extraordinarias y especiales por lo que se prioriza salud a educación. La salud de mi hijo es muy importante, entiendo que no debe exponerse a enfermar.

Soy madre de un niño diagnosticado de autismo escolarizado en un colegio ordinario. Para nosotros las rutinas y anticipar las situaciones con las que nos vamos a enfrentar son imprescindibles. Romper con los buenos hábitos, logrados con mucho esfuerzo, hace que se desborde emocionalmente y la convivencia se nos hace muy difícil.

Para la mayoría de los alumnos, es posible que las medidas tomadas sean suficiente. Agradezco profundamente el trabajo de las personas que se están implicadas en ayudar, tanto desde los centros educativos como en televisión (ofreciendo televisión educativa).

Pero…

¿Quién cubre las necesidades educativas especiales de mi hijo?

Antes de la cuarentena, tenia sus sesiones de logopedia y reeducación pedagógica en el centro, más un sinfín de actividades privadas (todo lo que mi bolsillo pudiera pagar). Todas las tardes asiste a terapias individuales o grupales que le ayudan a superar sus limitaciones.

Las madres y padres de niños como el mío ya saben de que les hablo: musicoterapia, talleres de habilidades sociales, sesiones privadas con logopedas, pedagogos y psicólogos, practicar algún deporte …y un largo etcétera.

Me ha costado mucho tiempo, esfuerzo y dinero llegar hasta aquí. ¡La crisis del coronavirus no va a bloquear la evolución de mi hijo!

¿Y tú qué harías? ¿Estarías dispuesto a sacrificar el progreso de tu hijo por una cuarentena? ¿O ya has pensado en buscar soluciones?

Llegados a este punto, hay tres tipos de personas:

  • Las primeras, se lo tomarán a la ligera, mantendrán a sus niños entretenidos para que no les den mucha faena y soñarán con que esto pase rápido. Luego deberán cargar con las consecuencias de su decisión. No sabemos cuánto se alargará, lo que si que sé es que haciendo esto mi hijo perderá sus buenos hábitos y toda la inversión en tiempo esfuerzo y dinero que he hecho durante estos años valdrá para poco. Y cuanto más prolongue esta situación, el trabajo que tendré que hacer con él será mucho más duro y costoso.
  • Las segundas se enfadarán, exigirán a los centros que busquen los medios para que su hijo reciba las sesiones especiales. Y sinceramente deseo que lo consigan, pero viendo como están las cosas, lo más posible es que no sea así.
  • Las terceras buscarán las mejores soluciones para su hijo, darán más peso a su evolución que a la comodidad de no hacer nada. Acudirán a expertos como el Centro Excellence que puedan darles soluciones a sus problemas, buscarán a los mejores porque sabe que el futuro de su hijo depende de la decisión que tomen hoy.

¿A qué grupo perteneces?

¿En qué grupo decides estar?

Sé que si estás leyendo esto es porque nos parecemos, realmente deseas lo mejor para los tuyos y no vas a permitir que las circunstancias destruyan el hermoso futuro que se merecen.

Yo decidí estar en el tercer grupo. Ya me he puesto en contacto con los mejores profesionales para encontrar las soluciones que estoy buscando.

Realizo sesiones online con profesionales de confianza, sin importar las distancias, porque gracias a las tecnologías los siento muy cerca.

En algunas materias, la sesión la recibe mi hijo, yo solo tengo que estar pendiente de que se siente delante del ordenador y evitar otros estímulos que pudiesen distraerse.

En otras materias, en las que se hace complicada una sesión no presencial, me asesoran de cómo trabajar con mi hijo desde casa.

Estoy profundamente agradecida por el apoyo que me dan Edith Lando y todo su equipo. Gracias a su trabajo muchas familias como la mía nos sentimos acompañadas y protegidas.

Afortunadamente, el hecho de establecer rutinas de trabajo ha hecho que la convivencia mejore. Hay tiempo para todo, mi hijo quiere atención y yo puedo dársela sin dejar de lado su progreso.

Mari Carmen Herrera González, madre de un niño extraordinario.

 

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